¿Es el inicio del neo-nacionalismo?:
¿Quiénes son los votantes de Trump y quiénes son los que ganaron por estrecho
margen la salida de GB de la Comunidad Europea? No es un ciudadano neoyorquino
ni de L.A. No un ciudadano de Londres o Liverpool. Los que apoyan a Trump y al
Brexit son ciudadanos caucásicos de clase baja o media con poca educación
superior. Ciudadanos hartos de la globalización de moda en los últimos 20 años.
¿Por qué? La globalización a mi juicio no es sino la posibilidad para las
empresas de poder expandir sus mercados eliminando barreras arancelarias y
gozando de la mano de obra más barata en cualquier parte del mundo y ciertas flexibilidades
que otorgue el país anfitrión que busca atraer inversión. Este modelo trae como
consecuencia, para empezar, que la empresa, digamos norteamericana, afincada en
una pequeña ciudad la deje para irse a otro país. Lo que origina la pérdida de
empleo del ciudadano menos preparado y menos competitivo. Esa empresa se va al
país de la mano de obra más barata lo que ayuda a la macroeconomía de este,
donde invierte y crea puestos de empleo, no muchos, pero así contribuye en ese
país al modelo del “chorreo o goteo” según la situación de cada nación. La
globalización, además, ha originado, por presión de los países pequeños que se
unen para negociar mejores oportunidades y por la tendencia de la corriente de
igualdad de derechos en el mundo, que se eliminen las barreras de visas y se
permita la inmigración muchas veces ilegal y asolapada. Los ciudadanos de los
países con menos oportunidades por pobreza o por guerra salen de esos países devastados
para irse a los países más desarrollados, digamos de Europa y los Estados
Unidos. Estos ciudadanos acostumbrados a trabajar por poco llegan e inundan
países donde los derechos y las oportunidades son inmensas en comparación a sus
países de origen, donde la vida es muy dura, por decir lo menos. Por ello, son
altamente competitivos en términos de hacer lo que sea y ganando lo que sea, lo
que origina, además, una distorsión en los países que reciben esta emigración.
Además, existe un grupo de estos inmigrantes, los más emprendedores, que salen
adelante y logran desarrollarse en los países de oportunidades para finalmente
lograr una posición predominante. Los ciudadanos oriundos del país desarrollado
(valga decir cuyos padres y abuelos emigraron en el siglo XIX para el caso de
EEUU) de mayoría caucásica, pero que en su conformismo, no han estudiado ni han
intentado superarse. En otras palabras, los más vulnerables o los menos
preparados, son los primeros en verse perjudicados porque la empresa nacional
abandone su país matriz o por la llegada de los emigrantes de países pobres que
inundan el nuevo país exigiendo imponer cultura, reclamar derechos e igualdad y
les quitan trabajo, porque su mano de obra es mucho más barata y es menos
exigente por su condición original. Entonces, los ciudadanos oriundos, menos
preparados, ven como su país se empieza a llenar de emigrantes que les quitan trabajo
y oportunidades o que la fábrica de la ciudad cerró porque se fue a otro país
más barato, que un emigrante alcanzó una posición alta en la sociedad por lo que
lo supera, y todo esto sumado por un lapso de veinte años ha originado que este
ciudadano oriundo o nacional haya llegado a una situación de total hartazgo y
vea con malos ojos al emigrante o rechace cualquier situación que implique globalización.
Finalmente, luego de más de veinte años de este modelo. Empiezan a surgir las
primeras consecuencias de este desencanto. El neo-nacionalismo, la voz de
protesta que Trump tan inteligentemente ha captado de sus votantes y el referéndum
de Reino Unido por el Brexit que ni el gobierno ni las ciudades cosmopolitas
apoyaron, son un reflejo de esta tendencia y las primeras acciones visibles.
Esto, obviamente, es un retroceso. El panorama es incierto, seguirán
apareciendo líderes nacionalistas y acciones que busquen desprenderse de la
corriente global que fue la tendencia del mundo en los últimos veinte años. Aunque,
aún la corriente globalizadora es el eje en la forma de pensar de las
transnacionales y los consumidores de las grandes ciudades, hay que tener en
cuenta que estos no son la mayoría, sino el Brexit no hubiera ganado, aunque sea
por margen estrecho. Veremos cómo le va a Trump en las presidenciales, un candidato
que claramente tiene el voto nacionalista poco ilustrado, el gringo de adentro;
en contra del voto moderado, liberal, cosmopolita, de los que apoyarán a
Hilary. Si Trump triunfa será la segunda victoria del neo-nacionalismo y estoy
seguro el comienzo de una nueva era.
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