domingo, 23 de octubre de 2011

LA REVOLUCION DE LAS COMUNICACIONES Y EL RETO DE SABER LO QUE SE NOS VIENE

La Revolución de las Comunicaciones y las redes sociales nos ponen a la luz de algo grande que parece está por venir. Teniendo a las grandes economías endeudadas hasta el cogote; que son los que nos vendieron la receta del desarrollo y los que menos aplican su teoría. A los países árabes con sus tiranos cayendo en efecto dominó y lo más preocupante, ver a las personas que en lo que menos se preocupan es en vivir, vivir de verdad. Nos planteamos el reto de ver el efecto de la consciencia de las cosas en nuestros pueblos y nosotros mismos como individuos a lo largo de esta nueva era y plantearnos la pregunta de saber si nos encontramos ante la decadencia de la humanidad, un nuevo orden mundial o solo un hipo en el desarrollo del mundo como lo conocemos.

Las noticias ya no las buscamos, ellas nos encuentran. En una charla de padres de familia en el nido de mi hijo, el lugar en el que menos pensé, me encontraría con la aseveración de lo que inconscientemente empezaba a sentir, las redes sociales están revolucionando el mundo de las comunicaciones. Los números que mostraban la agencia publicitaria que produjo el video que vi eran más que claros, determinantes y nos daba cuenta de que cualquier cosa que pase en el mundo, sería de conocimiento de todos on-line, al instante. Hace más de una década escuchaba hablar acerca de la globalización y la verdad, jamás he sido muy solícito a aceptar este concepto, me parecía mas tirano que efectivo y es que servía para introducir algo, un producto, una idea o una forma de vida de parte del más fuerte al más débil en todo sentido y a todo nivel y por cierto que este efecto hubo de mutar conforme lo años lo consolidaban y es que como la famosa ley de la física, toda acción tiene una reacción, en este caso de mayor o menor magnitud.

En el Perú mucho se habló sobre nuestro atraso como país, darle la fecha exacta al momento cuando se jodió  y después de darle vueltas al asunto y escuchar la cosa es simple, el Perú era Lima, y se fregó cuando la gente se comenzó a mudar a esta ciudad, pues porque ni tontos allí se vivía mejor y había mayores oportunidades, lo trillado es lo más lógico. Pues porque Lima era una ciudad donde todos vivían muy bien a costa en su mayoría de explotar a otras personas en otras ciudades y cuando la gente que era explotada se dio cuenta que la esclavitud ya había terminado, se mudó para Lima y pues claro, esta ciudad ni su gente y menos sus disque líderes estuvieron en condición de asimilarlos, todo se jodió allí, o al menos se agravó a condiciones que se hicieran notorias. Falló la seguridad, colapsó el transporte, faltó el trabajo, las tierras fueron abandonadas y surgieron respuestas, de parte de la clase dominante y la clase emigrante. ¿Cómo se llamaron esas respuestas? Terrorismo, dictadura, militarización, resentidos, pitucos, corruptos... Podemos decir que ahora el Perú empieza a asimilar esa realidad y vamos descartando aquellas soluciones que ya ensayamos y no funcionaron. 

Pues bien, nuestra realidad no esta aislada de la realidad de quienes nos rodean o quienes nos influyen, y ese mismo ensayo se ha repetido en el mundo también. Estados Unidos no cesa de recibir latinos. Francia no deja de recibir africanos al igual que Italia y Alemania recibe turcos o Inglaterra hindúes o palestinos y así cada país que ha tenido un mayor desarrollo que otros. Porque si bien la globalización sirvió para que unos montaran empresas en países pobres para abaratar mano de obra o para imponer acuerdos y/o extraer recursos, la misma sirvió para darse cuenta, por la tele, el cine o los diarios que en otros países se está mejor que acá y por qué entonces yo acá me quedo.

Está claro que no se puede resumir todo al efecto de la emigración, podría decirse más bien que es el efecto del capitalismo, donde unos ganan más que otros o mejor dicho y en la mayoría de casos, donde algunos tienen más oportunidad que otros, que es el efecto principal y la emigración su consecuencia y el vehículo que lo propaga, las comunicaciones y la ahora principal, las redes sociales. Pues si antes una noticia o mejor aún, una idea, demoraba años o décadas en asimilarse, con los recursos y el efectismo de nuestros tiempos y su velocidad de reproducción, este puede propagarse a la velocidad del virus más letal.

La historia nos ha mostrado que desde siempre ha habido diferencia de clases, podemos distinguirlo desde diferentes puntos de vista, social, educativo, cultural o el más importante económico y conforme han pasado los años la gente, la mayoría, los menos favorecidos han ido ganando privilegios. Claro está que la tiranía y el despotismo tomaba nuevas formas, el dinero y el poder a veces juntos, a veces separados, buscaba su cauce, su concepto. La libertad también. Algunas curas fueron peores que las enfermedades. Los hebreos huyeron de Egipto. Los enemigos de los incas se unieron a los españoles (que obviamente no fueron solo un poco más de cien lo que tumbaron a Atahuallpa), los españoles se liberaron de Napoleón y aquellos españoles americanos que los ayudaron fueron quienes luego liberaran a América del Sur de los españoles, previamente los franceses se hartaron de los monarcas y los norteamericanos terminaron con el imperio inglés en sus tierras. Cuando los alemanes y japoneses llegaron tarde a la repartición del mundo y quisieron imponer un nuevo orden a punta de bombas y aviones y el mundo se unió contra ellos, ya luego voltearon la mirada para acabar con lo que quedaba del antiguo orden mundial, La India, Pakistán, entre otros, ya no más colonia. 

Claro a la par que la libertad buscaba su cauce, el dinero y el poder también, China dejó de ser el país de todos y de un puñado de señores de la guerra para ser una única tiranía que llenó la billetera a muchos y de poder a otros, pero el poder necesitó siempre de otros y no de igual jerarquía para seguir. La China el gran modelo y de quien todos hablan ahora surgió a sangre y fuego, y su desarrollo y su posicionamiento mundial no existiría sin gente que trabaje a precios de casi esclavitud. O sea si no puedo explotar a mi gente, buscaré otra que sí pueda, así el poder continúa y el ciclo del dinero también. Esa es la diferencia entre un país europeo o los Estados Unidos, frente a las nacientes y menos desarrolladas como India, China, Brasil o Rusia.

Pero bien ¿Cuál es el papel de las redes sociales?, las noticias ahora nos buscan. Si la corrupción y el clientelismo en el Perú montó una gran campaña de destrucción, burda por cierto, en las últimas elecciones. Las redes sociales tuvieron la gran capacidad de desvirtuarla, mejor aún, de contraatacarla y de coordinarla. Lo que en otros tiempo se demoraba en conocer en semanas, meses o años, si es que se conocía, ahora sucedes en minutos, horas. Si hace 50 años la crisis financiera mundial hubiera sucedido, el conocimiento de su magnitud o consecuencias o lo que es mejor las reacciones no se hubieran conocido a la velocidad que ahora, sus efectos hubieran sido otros, la reacción de los afectados suficiente para ocultar o minimizar. Si puedo hacer negocios on-line, también puedo hacer llegar noticias on-line y si todo es tan rápido, aquellos a quienes no les conviene los efectos de algo, no les da tiempo de reaccionar. A Fujimori se lo tumbó un video que se difundió esa misma noche y teniendo una red super oganizada y a todo nivel de corrupción no pudo ser capaz de controlar los daños, en Estados Unidos ya se vivía ese efecto con lo de Watergate hace décadas, pues allí era muy difícil censurar algo y se vivían tiempos de noticias muy veloces, pero no así en muchas partes del mundo, pero las cosas han cambiado y justamente son las redes sociales ahora, las que han estandarizado las comunicaciones al grado que no solo en Estados Unidos hace décadas o en Perú hace más de 10 años. Es posible ahora en países con tiranías duras conocer la realidad de las cosas, y en los que la libertad de medios existía, se ha vuelto aún más veloz, como en Estados Unidos saber que el estado mete la mano a la billetera para darle a los multimillonarios banqueros y al mismo tiempo quitarle las casas a los que solo eso tienen o en el ejemplo de las elecciones peruanas, manejo medios de prensa o tv, pero las redes son más y más poderosas. Ocultar, trastocar, mentir, camuflar, atontar es más difícil. Bastó en las tiranías africanas una semilla que corrió como fuego en gasolina para que caigan ya tres dictaduras y en Chile que vende un supuesto gran modelo de desarrollo, su propia gente es quien protesta por igualdad de oportunidades. Son en las redes donde se organiza o se comparte información y solo la que yo quiero oir o ver.

Estamos ahora en un efecto dominó donde no solo los dominados en tiranías sino los afectados en las grandes naciones son conscientes de su realidad y buscan cambiarla, no importa el nivel de malestar que tengan. Nadie quiere ser tomado de tonto, nadie quiere seguir en miseria mientras otro se regocija en el poder o la riqueza obtenida a costa de otros. Pero así como sabemos lo que otros tienen, nos vemos como pueblos y vemos nuestra carencia de valores o nuestro egoísmo. Muerte, locos al volante, borrachos, ladrones, miserables en nuestro país. Mafias y tribus en otras, locos, asesinos en serie, desadaptados. Los matrimonios ya no duran, los hijos ya no importan, al menos no como antes, sí la plata, sí lo que tenemos o poseemos, todo es relativo, relativo a nuestra conveniencia. Yo primero, mi felicidad primero. Lo que otros tienen yo quiero. No solo como país funciona sino como persona y la publicidad tiene diferentes medios para llegar a mí, para venderme la idea de lo que puede ser mejor para mí y somos más frágiles a asimilar estos conceptos, el mandato del placer, la satisfacción de mis necesidades, más que eso. Podemos ver por redes el carro del otro, lo que el otro come o donde vive y cómo vive y yo anhelo o envidio lo ajeno. Entonces esto nos coloca en una situación en diferentes niveles que complica todo, las comunicaciones y la principal, las redes sociales nos hacen vivir en paralelo a diferente realidades y nos alborota y aturde.

Si bien es cierto ya no queremos permitir que la corrupción o el despotismo nos gobierne. Queremos seguir ganando privilegios a todo nivel, como pueblos, comos personas, ¿esto originará un nuevo orden? pero, lo más importante, ¿tenemos materia prima para lograrlo?, ¿nuestras sociedades lo merecen? ¿Somos iguales a aquellos que nos gobiernan con la diferencia de que no tenemos ni el poder ni el dinero, pero seríamos y haríamos exactamente lo mismo si estuviéramos en esas posiciones?

Yo creo que la mayoría de las personas transcurren a lo largo del cauce del río de su vida marcada, mas bien llevados por la corriente de lo externo y voluntad de los otros en su realidad correspondiente. Unos pocos hacen el bien, por irrazonable que pueda ser en algunas ocasiones, otros el mal. La revolución de las comunicaciones amplifica nuestra dependencia a lo externo, a lo alienado o nos fomenta en nuestro hambre de lo propio, en nuestro esfuerzo por hacer nuestra voluntad. En ese sentido logra influir de manera determinante en aquello que buscamos ya sea consciente o inconsciente. 

Respecto al poder pasa que en muchos casos los requisitos para lograrlo son las virtudes de los tiranos y los déspotas, pero siempre han habido las excepciones. Esas excepciones marcaron el giro de timón de nuestra historia para bien, apoyados por el sentir de muchos que no se atrevían a hacerlo. Unos pueblos están mejor que otros por una mezcla de factores, recursos, ubicación geográfica, decisiones buenas o malas, actitud. Pero ahora con las redes sociales y la revolución de las comunicaciones es más fácil ser conscientes de las cosas y hacer algo al respecto. Incluso es más fácil avivar a los lerdos o desenmascarar a los corruptos, a los que quieren que las cosas siguen se les hace más difícil reaccionar por la rapidez de la organización de los opuestos o el cúmulo de pruebas que se pueden conseguir. Podría decirse que el privilegio que la humanidad ganará en esta ocasión será en la libertad de estar realmente informados y por ello manejará mejor a sus líderes e impedir que actúen en contra de sus intereses, por el lado de nuestros valores, podría decir que existe una decadencia humana como enfermedad curable. Que esperamos tiempos mejores, no sin un trance que muchos sufrirán. En la hegemonía mundial ¿Un nuevo orden? No, todavía, ¿un cambio de rumbo? Sí. ¿decisiones trascendentales? Sí. El Euro y Europa como  unidad económica, no durará más de cinco años porque habrá una fuerte catarsis al igual que en Estados Unidos donde caerán otros bancos más ¿Cambio de potencias? No creo, no aún. Van a caer todavía más naciones africanas. Cuba y Venezuela, como son ahora, tienen los días contados y Chile tendrá que ceder a sus estudiantes. De hecho que habrá más, mucho más, ya lo veremos en las redes sociales y en la revolución de las comunicaciones.


Renzo Cañamero.