viernes, 12 de septiembre de 2014

MISTURA DESDE EL CONSUMIDOR: UNA BRECHA POR CUBRIR

Por RENZO CAÑAMERO

Recuerdo la única vez que fui a Mistura, me preparé mentalmente para hacer frente a cualquier problema de desorganización para no malograrme el día. Elegí ir un día de semana para no toparme con mucha gente y no dispuse de ninguna otra actividad durante todo el día para quedarme allí todo el rato y sacarle el jugo a mi visita.

Me acuerdo que la pasé muy bien, fue un gran momento familiar, con mucha rica comida de mi elección, Pisco sour y cerveza roja, incluso hasta hubo música en la noche. De acuerdo a las expectativas que me generé, al no esperar demasiado de la organización, me fui realmente encantado, pero me dije que no volvería. No era para tanto. Poniendo a un lado mis gustos y motivos particulares, voy a enfocar a Mistura como una marca que tiene la necesidad de entregar valor a sus consumidores.

Para empezar, me dije que no regresaría porque, a pesar que comí rico, pensé que podía comer rico en cualquier momento, lo que quisiera y sin cola de gente. Después de todo, la promesa inicial de venta era que ir a Mistura era poder disfrutar de mucha comida a precios más bajos que si los compráramos en su lugar cotidiano de venta. A juzgar por los comentarios de los consumidores de hoy, tres años después, esa promesa no se cumple. En un artículo del diario Gestión, menciona que los precios usualmente son de 13 soles las porciones y que si se saca la cuenta el tener que pagar por la entrada, no es muy rentable. Entonces, Mistura no está cumpliendo con su promesa original.

Segundo, la organización vamos a decirlo, es deficiente. Hace tres años cuando fui, me dije que no regresaría, porque a pesar de lo rico y los precios que se podía hacer el esfuerzo de pagar  para comer y tomar y llevar a toda la familia, lo podía hacer. Pero, que recibía a cambio? Solo una feria con stands de comida por la que hay que pagar. Esa vez que fui fue en el Parque de la Exposición, el día de hoy se hace en la Costa Verde y por lo leído, esa promesa de mejoría en paisaje y presentación en la feria no solo no ha mejorado, sino que ha empeorado. Parecería que existiera desidia al respecto. Porque yo no soy de los que creen que los peruanos somos mediocres, al menos no por naturaleza, porque en muchas cosas el comportamiento lo evidencia. Yo creo que si se propusieran planificar el evento con anticipación y si supieran donde lo van a hacer, pues podrían pensar en no solo dar comida rica y sí dar paisaje y buenas instalaciones para hacer toda la experiencia placentera. Después de todo, lo primero que nos enseñan en el marketing es que las personas tenemos cinco sentidos  y la experiencia se vive a través de todos ellos. Me parece que la organización de Mistura, desde que se alejó el marquetero de la cocina Acurio, se ha olvidado de entregar valor superior a sus consumidores y solo se han abocado a capturar todo el valor posible para ellos mismos.

Esto nos lleva al tercer punto, el precio dela entrada no justifica su valor. Después de todo, el suelo de la feria es o tierra en su mayor parte o césped descuidado o cemento con huecos y no existe o no se han difundido por lo menos, actividades complementarias de real interés como conciertos o exposiciones de interés general como caballos de paso, por ejemplo. Mas parece, como ya he mencionado, que Mistura es una marca que se ha posicionado y le están sacando toda la lecha a la vaca sin darle de pastar. No se puede cobrar una entrada y solo poner una feria y stands de comida y una que otra actividad que no llega a justificar el pago. Si nos enfocamos en el consumidor, todos los comentarios en redes sociales o amigos es que la entrada es cara y no te dan nada y encima los platos son caros también. Una visitante aportó en una entrevista al diario Gestión que al menos reduzcan las porciones para que cobren menos y sí exista oportunidad real de probar de todo. No voy a hablar de la falta de señalización, baños, mesas, falta de cajeros, esa locura de cobrar con tickets que luego no se pueden reembolsar o que hayan cosas que solo son efectivo (entonces pon todo en efectivo) y encima que no hay fácil disponibilidad de adquirirlos.
El cuarto punto, son los niños. ¿Cómo se puede hacer una feria familiar y olvidarse de ellos? Han hecho un recorrido y hecho algunas cosas aisladas, pero aparte de esto que es realmente muy marginal, no hay juegos o actividades para ellos. O sea, mientras los papás se comen un chanchito con una cervecita o un Pisco Sour un niño debe estar aburriéndose. Este es un claro ejemplo que a los señores de Apega, les hace falta un buen asesor de marketing o tal vez, ellos mismos tomar algunas clases. Ya que, se han olvidado por completo del consumidor y sus necesidades, como ya lo dije. Han logrado una vaca lechera con el boom gastronómico actual y se han dormido perfectamente en sus laureles, porque le sacan el jugo a los expositores (todo lo pagan a 90 días y ya no hay adelanto como antes), le sacan el jugo a los consumidores (cobran entradas sin derecho a nada y porciones caras), le sacan el jugo a los patrocinadores (ya que obviamente es un gran referente simbólico). Pero se olvidan que todos ellos están allí por un valor y si ese valor empieza a decrecer, pues buscarán otras alternativas y chau vaca lechera.

Finalmente, me voy a referir a las comunicaciones. Salvo notas de prensa, reportajes televisivos y en diarios, que es manejo promocional. No ha habido, o al menos no me he enterado, que es lo mismo, de ningún esfuerzo por hacer una real campaña publicitaria, ni local ni al extranjero. Esto es grave, porque no ha existido el interés de hacer crecer este evento con todo el potencial que se tiene. Ya que sí se está logrando posicionar en el mundo que el Perú es un gran destino gastronómico y esta feria puede ser la excusa perfecta para lograr atraer visitas en masa de afuera. Mistura no llega al millón de visitantes, sin embargo la feria de la cerveza en el país reconocido como de la cerveza, Oktoberfest en Baviera-Alemania atrae a ocho millones. ¿Por qué pensar que son números lejanos? Como que lo son, pero si se proyecta desde ahora, con el transcurso de los años se pueden alcanzar esas cifras. Esto no se va a lograr, con mediocridad o desidia o con solo el discurso a los medios. Mucho menos les va a bastar, siquiera para sobrevivir, decir que es Mistura y echarse a la cama y esperar recibir las visitas que se aparezcan solas. Hay que ser bien ingenuos para creer que hay una marca que resista desatinos año tras año. Quedará Mistura como un recuerdo de la promesa que pudo ser. Sin embargo, creo que estamos a tiempo perfecto para hacer reflexionar a los organizadores que a las marcas hay que trabajarlas, que la promesa de venta no es solo una promesa sino que ese concepto hay que ejecutarlo. Que deben pensar en el consumidor y sus expectativas, que deben pensar en Mistura en una verdadera marca Global, que atraiga más gente de afuera que locales. Que solo así será “El Evento”. Aún estamos a tiempo. Esto se debe decir, no por pesimista sino para hacer reaccionar a los organizadores, porque si no interesara, no perdería el tiempo, que hace tanta falta, en escribir estas líneas.

Que no se diga que un peruano es enemigo de otro peruano o que la envidia aquí es nuestro mal endémico. Aprendamos que los únicos culpables de nuestros fracasos somos nosotros mismos y no el otro peruano o el envidioso de al lado que espera que uno caiga. Claro, estos existen, pero nadie puede con alguien que tiene las cosas bien claras y que quiere lograr algo cuando verdaderamente se lo propone y en esto los peruanos, sí tenemos muchos ejemplos.

Fuente:
http://gestion.pe/tendencias/mistura-2014-y-catorce-aspectos-mejorar-2108168

viernes, 14 de febrero de 2014

ERES UN TORPE, PABLO SECADA (PERO NO POR LO QUE TODOS CREEN)

Porque con la misma vehemencia con la que criticas y minimizas a los nacionalistas, izquierdistas y cualquiera que no tenga “tus estudios” cuando propugnan sus ideas económicas debiste haberte criticado cuando te sacaron la denuncia por pegar a tu mujer.

Porque en vez de disculparte, dijiste lo que todos dicen, “es una guerra sucia”.

Porque por más estudios y muy listo que seas, eres un mortal más como tantos que pegan a su mujer y no tienen propósito de enmienda.

Porque en realidad no eres tan listo como te marqueteas, porque las denuncias que te sacaron no eran inventadas y pudiste hacer algo así:

Inmediatamente realizar una conferencia de prensa, donde al lado de tu esposa salías diciendo: Pido perdón a mi mujer y a la mujer peruana, porque no tuve la paciencia y fui un torpe al gritarle y hasta algunas veces empujarla. A la mujer no se le debe tocar pero soy un ser humano que se equivoca y definitivamente me equivoqué, porque debí y debo tener la paciencia para solucionar cualquiera de nuestras diferencias. No tengo ninguna excusa para agredirla ni física ni psicológicamente, pero quiero que sepan que la quiero y le vuelvo a pedir disculpas, no solo a ella si no al pueblo peruano. Pongo mi eventual candidatura a disposición de las bases (que todos sabemos depende de Lourdes y cuatro gatos ayayeros más) y tengo toda la intención de que estos hechos no se repitan, espero me disculpen y tu Claudia espero me disculpes nuevamente también. (Le dabas un beso para la tribuna y esto te daba aún más publicidad y a este hecho le dabas la vuelta a tu favor y te dabas a conocer al populacho) y luego respondían cuatro o cinco preguntas de la prensa (cuyas respuestas deben estar previamente anticipadas y preparadas) y al término del cual un personal de ustedes daba por terminada la conferencia de prensa. Luego de esto, las bases (osea Lourdes) te daban luz verde para salir y el tema quedaba zanjado, la campaña aún no ha empezado y nadie te iba a lapidar porque la mayoría de hombres peruanos (yo incluido) hemos gritado a nuestras parejas en algún o muchos momentos, claro, pegarle es otra cosa, pero tenía solución, la gente olvida y perdona y como dije, esta campaña ni empezaba. Pero como hiciste lo que cualquier torpe hace, negarlo o ningunearlo, irse por la tangente, decir que es guerra sucia y todo lo demás, eres un torpe Pablo Secada.