jueves, 22 de noviembre de 2012

COLOMBIA Y NICARAGUA, GLOBO DE ENSAYO PARA EL PERU Y CHILE EN LA HAYA


Por Renzo Cañamero

Hace dos días todos conocimos la sentencia del tribunal de La Haya que fallaba sobre el diferendo por mar e islas entre Nicaragua y Colombia. Aquí en Perú, causó bastante interés por estar próximos a la fase oral y pronta sentencia entre el propio diferendo que el Perú mantiene con Chile. Sobre el derecho internacional o sobre lo justas o no que sean las reclamaciones no voy a emitir opinión, no soy un entendido y hay muchos factores que intervienen para determinar la soberanía, no solo la proximidad a las islas. En lo que sí quiero ahondar es en tratar de hacer un ejercicio de análisis sobre lo que se viene entre el diferendo marítimo entre Perú y Chile y sus posibles consecuencias usando este fallo mencionado como globo de ensayo, claro está sabiendo que no es lo mismo en la forma, pero sí en el fondo.

  Para empezar sea como sea que resulte el fallo Perú ganará (es lo más probable) o empatará. No va a perder, porque los treinta mil kilómetros cuadrados o más que están en disputa Perú jamás los ha tenido al menos en los últimos cincuenta años, así que en el peor escenario no le darán nada de lo que pide. Caso contrario Chile pierde o empata.

   Ambos países a través a de sus autoridades han expresado que acatarán el fallo, de Perú no me cabe la menor duda, en contra de mis propias convicciones Perú siempre ha acatado todos los fallos que ha tenido o disputas limítrofes, muchos en inexplicable proceder pero ese es otro tema. Sin embargo para lo convenido entre ambos países luego de la guerra del 79, no fue respetado por los chilenos sino hasta mucho tiempo después y a medias. Claro está estos son otros tiempos, pero no tan distintos.

    Todos pensamos que un país debe acatar un fallo por una corte supranacional, estos están al amparo de diversos tratados multinacionales y respaldados por organismos internacionales de máximo nivel, pero si bien es cierto hay un sistema jurídico muy fuerte, están de por medio los intereses de cada nación que lucha por mantenerlos, el fruto de imponer su voluntad está en las fuerza de sus armas o en su peso geopolítico o económico.  Se dice, mejor dicho, los entendidos dicen que no obedecer un fallo supranacional o denunciar tratados o pactos multinacionales equivaldría a ser un paria internacional y ese es el principio o la piedra angular de mi hipótesis. Yo considero que todo esto es muy relativo. EEUU ataca a Irak sin importarle siquiera el consejo de seguridad de la ONU y todo el mundo protesta pero EEUU no se convirtió en ningún paria, por supuesto podemos afirmar que ellos son de lejos la nación más poderosa, más que por economía (como que lo es) por su ejército inigualable. Entonces nos ponemos a pensar qué tanto peso tienen Chile y Perú o más aún que tanta trascendencia económica o geopolítica puede tener un diferendo desde la perspectiva de las naciones que gobiernan el mundo, mejor dicho EEUU o los líderes europeos o China o Japón. Ahí es donde entra el ensayo entre Colombia y Nicaragua porque Colombia en su primera reacción ha dicho que de no deben acatar y ojo no deben no significa que no van a acatar, pero han dicho que van a mandar cartas al secretario general de la ONU que desde hace mucho tiempo es el máximo burócrata pintado en la pared del mundo o que van a pedir revisión cuando todos sabemos que eso no es posible, tal vez sea fruto del momento de la primera reacción y ojo que no es poca cosa que un expresidente diga que no se debe acatar el fallo y que la marina colombiana salga a proteger la soberanía que según el derecho ya no tienen. En los próximos días pueden calmarse y aceptar el fallo (me imagino que mientras están ganando tiempo los analistas y asesores con el presidente y haciendo un ejercicio de consecuencias en torno a la decisión que tomen mucho más sesudo que el presente), por lo pronto lo que tenemos es un país que antes del fallo decía que aceptaba y que respetaba el derecho  y luego que no van a respetar, que lo piden revisar, en fin,  la conclusión en este punto es que nada está dicho hasta el momento del fallo y que todo lo dicho por las autoridades son más bien comentarios para la calma de la platea y mensajes indirectos a los jueces para tratar de demostrar que son ajustados a ley. Obvio uno antes de una sentencia tiene la mayor de las esperanzas en que fallen a su favor, y no van a decirle al juez que no acatarán, ya luego empieza otra historia completamente distinta.

Lo que se viene en los próximos días será de un nivel de enriquecimiento magnífico para ver las posibles y reales consecuencias que puede generar no acatar un fallo de esta naturaleza. En líneas generales, lo que en este momento debe preguntarse Colombia que acaba de perder más de setenta mil kilómetros cuadrados de mar es: ¿Qué es ser un paria internacional? ¿Realmente a que se enfrenta Colombia si no acatara el fallo? ¿Sus fronteras no van a ser respetadas por sus vecinos? ¿No habrá más préstamos de los bancos internacionales? ¿La inversión extranjera en el país cesará? ¿Tendrá un bloqueo económico? Sinceramente dudo que todo esto pase. El mundo y sus líderes tienen problemas mucho más complicados que estar metiéndose en un asunto entre dos países pequeños, lo más terrible que suceda para Colombia es que cuando tengan un problema internacional con otro país o con una empresa no podrán recurrir a otra instancia porque no tendrán tribunal, pero no sé si esto es un problema cuando no son pocos los países que por ejemplo quieren denunciar a la corte de Costa Rica porque emiten fallos muy adversos contra los intereses nacionales respectivos, como en el caso del Perú que si hacemos sumas y restas el estar sometidos a la corte de Costa Rica solo nos ha originado pago de indemnizaciones, y yo no sé qué tan gravitante sea que una nación no esté sujeta a esta u otras cortes, tal vez, las empresas no querrán invertir por tener miedo a no tener un tribunal supranacional que pueda garantizar sus intereses, pero ahorita con Europa y EEUU en problemas económicos y con Sudamérica boyante dentro de ellos Colombia, no creo que sea un asunto de mayor importancia. Como dije los días venideros darán muchas luces porque el argumento del paria internacional es el sostén de los que creen que los países acatarán el fallo a pie juntillas, cosa con la que no convengo, el resultado lo veremos muy pronto.

    Finalmente, y dejando el asunto de Colombia y Nicaragua y volviendo al Perú y Chile, pienso que lo más probable que pase es que Perú gane al menos algo de lo que no poseía, esto será sea como sea un triunfo peruano y una derrota chilena y se me hace muy difícil que la opinión pública (no nos hagamos los tontos siempre tiene mucha animosidad contra el Perú) esté de acuerdo con aceptar un fallo adverso y no sé si el debilitado gobierno de Piñera, dentro de un aparato estatal con una más que fuerte influencia castrense (cuando se fue Pinochet puso candado a la constitución poniendo a los militares como un cuarto poder del estado) y un país donde les dicen que son la Israel sudamericana (y ya vemos cómo es Israel cuando algo no le gusta y no hay quien le diga que hacer salvo EEUU que le pasa la mano suavemente y solo porque son su único aliado en medio oriente y claro por la gran masa judía en el país norteamericano) y con todo lo que invierten los militares chilenos en defensa, van a dejar que un país con unas fuerzas armadas con tanques que queman más aceite que los buses ochenteros y con generales que venden el rancho y el equipamiento de sus tropas, vayan a quitarles una buena porción de mar. ¿Se imaginan lo debilitado que quedaría no digo el gobierno sino el sistema chileno y la posición castrense que año tras año trata de justificar el inmenso gasto en defensa que hacen? ¿Ellos permitirán que eso suceda existiendo un sentimiento antiperuano tan grande en la sociedad?

Sinceramente me cuesta mucho creer que Chile acate un fallo, simplemente hará como hasta ahorita ha hecho Colombia, gritará y mandará a sus buques a proteger la soberanía que internacionalmente les han quitado, a ver quién se las quitará y a ver que significará ser un paria internacional. Después de todo “la guerra es la continuación de la política por otros medios”.


viernes, 27 de julio de 2012

OPINIÓN PÚBLICA U OPINIÓN MEDIÁTICA


Siempre he escuchado ese término llamado “líderes de opinión”, por el cual entiendo, se refieren a personas cuya opinión es suscrita o tomada por mucha gente que los sigue a través de los medios donde hablan o escriben. Pero no he obtenido respuesta al pensar cómo puede medirse el arrastre de los llamados “líderes de opinión”, me imagino que a través de la compra de los diarios donde estos escriben o el rating de los programas de tv o radio donde aparecen. Otra medida pueden ser las encuestas, pero aquí en el Perú las encuestas son muy relativas porque son preguntas predeterminadas que te arrastran a tal o cual respuesta y además responden muchas a veces a las empresas que las contratan y además y creo lo más importante, porque los peruanos un poco que contestan lo políticamente correcto o de moda, un mero cliché sin tener un verdadero argumento que sustente su respuesta.

En los pasados meses, por ejemplo hemos tenido una situación política que ha tenido al Perú o al menos a Lima como única agenda, o al menos eso parecía. La famosa mina Conga y a los dirigentes antimineros que la negaban a rajatabla. Pues bien, el primer gabinete del presidente Humala obtuvo su fin gracias al primer clímax que alcanzó este asunto y por ende hubo un segundo gabinete presidido por un exmilitar y empresario con un porte que auguraba más mano dura departe del gobierno. Luego de intentar algunos esfuerzos por el diálogo este se estrelló con la negativa de los antimineros que simplemente decían no a la mina Conga, el gobierno planteó algunas salidas, trató de negociar intereses y no posturas, se mandó un arbitraje y se demostraron y refutaron varios mitos creados alrededor, simplemente la postura antiminera quedó intacta y pues bueno, ante un gobierno regional rebelde y alguna población organizada cuyas protestas van más allá del simple discurso al delito, pues tocó imponer la ley por la fuerza y ese detonante consiguió el derrumbe del segundo gabinete o mejor dicho premier del gobierno Humala, pero lo que verdaderamente lo consiguió, no fueron en sí las protestas, sino las posiciones de los famosos líderes de opinión, muchas de ellas personas que ven mala cualquier acción del gobierno, pues su posición crítica los obliga a ver solo esto. Entonces tuvimos una situación donde día a día los líderes de opinión declaraban la necesidad del diálogo y a la vez de imponer la ley, pero ante tan bellas palabras y frases que suenan muy bonitas, en la realidad práctica no fue más que una contradicción, porque cómo puedes dialogar ante un no rotundo, como puedes dialogar o buscar salidas alternas cuando la protesta es ante un solo pedido, un no a una sola cosa y además luego pides imponer la ley y cuando la impones se critica por las muertes o por la impericia del arresto de un protestante, pues el uso de  la fuerza tiene consecuencias y estas pueden ser muy impopulares y lamentablemente ante posiciones tan extremas o se cede o no se cede y si no se cede pues se tiene que imponer el orden y el control y si por culpa de fuerzas rebeldes y desmanes terminan habiendo muertes pues los únicos responsables son los causantes de desmanes no la autoridad. La opinión pública era que la ley debía imponerse y no se cuestionaba las acciones de la autoridad, pero los famosos líderes de opinión, idealistas sentados en un escritorio, simples observadores sin responsabilidad o deber alguno juzgaron la falta de diálogo o impericia del gobierno y aplicaron u cargamontón a las autoridades, quizá por cliché o por repetición las personas comunes podían estar de acuerdo por estas posiciones pero en realidad estas no eran sus opiniones, porque al final lo que se quería era que la ley impere y el revuelo se acabe, la opinión de estos señores con presencia mediática se volvía entonces casi como una opinión pública, casi, pero lo que era en realidad, una opinión mediática. La debilidad del gobierno o del mandatario tal vez fue hacerle demasiado caso, tal vez al ver las encuestas que lo seguían colocando en bajada lo terminó de asustar, pero la verdad es que la opinión mediática lo terminó de liquidar, porque ante tan abrumadoras opiniones, lo hacían pensar que quizá la población a través de la opinión pública lo seguiría desaprobando, cuando lo cierto es que al no ser un presidente que le arroje simpatías a la gente, cualquier hecho que se vea mal será maximizado, entonces no se debería dejar llevar por estas opiniones engañosas que al mismo tiempo aprueban sus medidas de fuerza y desaprueban los resultados al ver ciertos errores o simplemente hechos agrandados.

La opinión mediática juega un rol muy importante quien lo va a negar, pero su mirada y crítica es desde un balcón y sus consejos u observancias son ideales teóricos o retóricos, mas no prácticas porque no se ven envueltas en las circunstancias reales de la situación. Al final y para continuar con el ejemplo de la mina Conga, se ha consumido un segundo premier y la situación dista mucho de arreglarse por lo menos a través del diálogo, porque el dirigente rebelde sigue con su único postulado y el gobierno no tiene nada más que dar en una supuesta negociación, que no lo es porque en una negociación hay parámetros mayores y menores y aquí hay un solo punto de agenda y una sola salida y esta salida es totalmente impopular al menos con sector más productivo de la población, el que al fin y al cabo es que el que aporta a la economía. Al final si se cede, sería una catástrofe política, muy al margen de los efectos económicos por el precedente terrible que se crearíay si no se cede se terminará imponiendo la ley por la fuerza con todos los efectos colaterales o directos que esta trae y se habrá perdido quizá uno o dos premieres más. Se habrá desgastado aún más la imagen del presidente y la opinión mediática seguirá crítica y demandando más gestos ideales pero no reales. Esa es la opinión mediática.