viernes, 27 de julio de 2012

OPINIÓN PÚBLICA U OPINIÓN MEDIÁTICA


Siempre he escuchado ese término llamado “líderes de opinión”, por el cual entiendo, se refieren a personas cuya opinión es suscrita o tomada por mucha gente que los sigue a través de los medios donde hablan o escriben. Pero no he obtenido respuesta al pensar cómo puede medirse el arrastre de los llamados “líderes de opinión”, me imagino que a través de la compra de los diarios donde estos escriben o el rating de los programas de tv o radio donde aparecen. Otra medida pueden ser las encuestas, pero aquí en el Perú las encuestas son muy relativas porque son preguntas predeterminadas que te arrastran a tal o cual respuesta y además responden muchas a veces a las empresas que las contratan y además y creo lo más importante, porque los peruanos un poco que contestan lo políticamente correcto o de moda, un mero cliché sin tener un verdadero argumento que sustente su respuesta.

En los pasados meses, por ejemplo hemos tenido una situación política que ha tenido al Perú o al menos a Lima como única agenda, o al menos eso parecía. La famosa mina Conga y a los dirigentes antimineros que la negaban a rajatabla. Pues bien, el primer gabinete del presidente Humala obtuvo su fin gracias al primer clímax que alcanzó este asunto y por ende hubo un segundo gabinete presidido por un exmilitar y empresario con un porte que auguraba más mano dura departe del gobierno. Luego de intentar algunos esfuerzos por el diálogo este se estrelló con la negativa de los antimineros que simplemente decían no a la mina Conga, el gobierno planteó algunas salidas, trató de negociar intereses y no posturas, se mandó un arbitraje y se demostraron y refutaron varios mitos creados alrededor, simplemente la postura antiminera quedó intacta y pues bueno, ante un gobierno regional rebelde y alguna población organizada cuyas protestas van más allá del simple discurso al delito, pues tocó imponer la ley por la fuerza y ese detonante consiguió el derrumbe del segundo gabinete o mejor dicho premier del gobierno Humala, pero lo que verdaderamente lo consiguió, no fueron en sí las protestas, sino las posiciones de los famosos líderes de opinión, muchas de ellas personas que ven mala cualquier acción del gobierno, pues su posición crítica los obliga a ver solo esto. Entonces tuvimos una situación donde día a día los líderes de opinión declaraban la necesidad del diálogo y a la vez de imponer la ley, pero ante tan bellas palabras y frases que suenan muy bonitas, en la realidad práctica no fue más que una contradicción, porque cómo puedes dialogar ante un no rotundo, como puedes dialogar o buscar salidas alternas cuando la protesta es ante un solo pedido, un no a una sola cosa y además luego pides imponer la ley y cuando la impones se critica por las muertes o por la impericia del arresto de un protestante, pues el uso de  la fuerza tiene consecuencias y estas pueden ser muy impopulares y lamentablemente ante posiciones tan extremas o se cede o no se cede y si no se cede pues se tiene que imponer el orden y el control y si por culpa de fuerzas rebeldes y desmanes terminan habiendo muertes pues los únicos responsables son los causantes de desmanes no la autoridad. La opinión pública era que la ley debía imponerse y no se cuestionaba las acciones de la autoridad, pero los famosos líderes de opinión, idealistas sentados en un escritorio, simples observadores sin responsabilidad o deber alguno juzgaron la falta de diálogo o impericia del gobierno y aplicaron u cargamontón a las autoridades, quizá por cliché o por repetición las personas comunes podían estar de acuerdo por estas posiciones pero en realidad estas no eran sus opiniones, porque al final lo que se quería era que la ley impere y el revuelo se acabe, la opinión de estos señores con presencia mediática se volvía entonces casi como una opinión pública, casi, pero lo que era en realidad, una opinión mediática. La debilidad del gobierno o del mandatario tal vez fue hacerle demasiado caso, tal vez al ver las encuestas que lo seguían colocando en bajada lo terminó de asustar, pero la verdad es que la opinión mediática lo terminó de liquidar, porque ante tan abrumadoras opiniones, lo hacían pensar que quizá la población a través de la opinión pública lo seguiría desaprobando, cuando lo cierto es que al no ser un presidente que le arroje simpatías a la gente, cualquier hecho que se vea mal será maximizado, entonces no se debería dejar llevar por estas opiniones engañosas que al mismo tiempo aprueban sus medidas de fuerza y desaprueban los resultados al ver ciertos errores o simplemente hechos agrandados.

La opinión mediática juega un rol muy importante quien lo va a negar, pero su mirada y crítica es desde un balcón y sus consejos u observancias son ideales teóricos o retóricos, mas no prácticas porque no se ven envueltas en las circunstancias reales de la situación. Al final y para continuar con el ejemplo de la mina Conga, se ha consumido un segundo premier y la situación dista mucho de arreglarse por lo menos a través del diálogo, porque el dirigente rebelde sigue con su único postulado y el gobierno no tiene nada más que dar en una supuesta negociación, que no lo es porque en una negociación hay parámetros mayores y menores y aquí hay un solo punto de agenda y una sola salida y esta salida es totalmente impopular al menos con sector más productivo de la población, el que al fin y al cabo es que el que aporta a la economía. Al final si se cede, sería una catástrofe política, muy al margen de los efectos económicos por el precedente terrible que se crearíay si no se cede se terminará imponiendo la ley por la fuerza con todos los efectos colaterales o directos que esta trae y se habrá perdido quizá uno o dos premieres más. Se habrá desgastado aún más la imagen del presidente y la opinión mediática seguirá crítica y demandando más gestos ideales pero no reales. Esa es la opinión mediática.