viernes, 8 de marzo de 2013

ROCK NACIONAL: MUCHO LLORIQUEO Y MEDIOCRIDAD


A propósito de un artículo que leí en un diario donde se quejaban de la falta de apoyo al rock nacional, escribo estas pocas líneas manifestando mi discrepancia con los que lloran y mendigan por apoyo al rock nacional.

Aunque los programadores de radio son bastante miopes y nos inundan de música basura por las radios, siempre persiguieron el  motivo del dinero fácil y no la apuesta por el largo plazo.

Lo que pasa en el Perú con el tema del rock es 2 cosas:

Primero, no somos un país rockero, el rock es minoría.

Segundo, el público que gusta del buen rock es bastante exquisito y conocedor y no se le puede vender fácilmente una copia de un grupo de afuera como antaño sucedía al no haber como ahora una revolución de las comunicaciones.

Hace 10 años, hubo un movimiento rockero que existió en gran medida por la carencia de espectáculos de artistas extranjeros de primer nivel, cosa que ahora no sucede más.

Al poder gozar en casa de grandes espectáculos, tenemos los que amamos el rock, opción de elegir gastar nuestro dinero en lo que más nos gusta, y eso también debe ser tomado en cuenta por los productores de conciertos, porque no todo lo que nos traigan será éxito, ya vimos los grandes fiascos como Lady Gaga y Elton John.

Como nos encontramos con un mercado con dinero, no de mayorías, pero sí de una importante minoría y conocedor, y al tener las leyes que impulsan traer buenos espectáculos de afuera, es importante saber qué le vas a vender y en ese sentido, tanto productores como realizadores deben enfilar sus proyectos.

Por ahora al menos, en un mercado competitivo, como siempre debe ser. No hay espacio para rockeros mediocres que buscan copiar lo de afuera para venderlo como original acá. Tampoco hay espacio para productores pendejeretes que quieren vender dinosaurios como cosa grande o grandes estrellas mundiales vigentes como cosa apoteósica en un país de minorías rockeras. Sin embargo sí hay espacio para el rock, el buen rock. Sino cómo diablos Soda llenó 2 estadios nacionales o Morrissey o Depeche, viejos pero vigentes llenaron   sus respectivos locales donde se presentaron. Originalidad y saber invertir es la fórmula y no ir llorando o mendigando apoyo. La buena música se vende sola y no es necesario leyes de difusión en tiempos donde las radios no son termómetros de nada ni para nada única fuente de difusión en plena revolución de las comunicaciones.

Renzo Cañamero

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